CONOCE A TU BESTIA PREOCUPANTE

  • Piensa en la preocupación como una bestia amistosa a la que se le ha encomendado el trabajo de protegerte del peligro, pero que tiende a exagerar: Te sigue todo el día, te dice cosas que ni siquiera son ciertas o hace que te preocupes por cosas que ni siquiera son un problema en absoluto.

    No querrás sacar a la preocupación de tu vida por completo, ¿verdad? Pero ganarte su amistad sería una muy buena idea.

     

  • PASO 1 DE 13

    Reúne tus suministros:

    tu diario

    Un pedazo de papel

    Lapiceras y lápices de colores

    Opcional: pinturas, materiales de collage, plastilina (si quieres hacer una bestia en 3D)

     

  • PASO 2 DE 13

    Primero, entremos en calor. Para este ejercicio necesitará un compañero,  una hoja de papel y una lapicera para compartir.

    Esta es la tarea:

    Trabajando rápidamente y en silencio (¡muy importante que trabajen en silencio!), dibujarán una bestia preocupada… juntos. Con su única lapicera, tomen turnos para agregar una línea, una forma o una característica de algún tipo. Por ejemplo, pueden dibujar un círculo y luego pasarle la lapicera a su compañero, quien podría agregar una oreja. ¿Lo has entendido?

    Entonces, en sus marcas, listos, ¡a dibujar!

    Después de un par de minutos, o cuando sientas que tu bestia está acabada, es hora de ponerle un nombre. Sin embargo, aquí está el desafío: debes nombrar a tu bestia de la misma manera que dibujaste a tu bestia. Uno de ustedes comenzará escribiendo una letra, luego el otro agregará la segunda letra. Sin hablar entre sí, sigan agregando letras hasta que ambos, asentando con la cabeza o un pulgar hacia arriba, sientan que el nombre está terminado.

     

  • PASO 3 DE 13

    Y ahora que has practicado tus habilidades para hacer bestias, demos vida a tu propia bestia.

    Puedes leer la siguiente parte para ti mismo o pedirle a otra persona que te la lea mientras cierra los ojos. Si estás leyendo para tí mismo, cierra los ojos después y toma unos minutos para imaginar realmente a tu bestia en tu mente.

     

  • PASO 4 DE 13

    ¿Estás listo? Entonces, asegúrate de leer esto despacio para que tengas suficiente tiempo para imaginar tu bestia. Si alguien te está leyendo, cierra los ojos para que puedas ver mejor a tu bestia:

    Imagina que acaba de llegar tu bestia para decirte que será mejor que empieces a preocuparte. Tal vez tengas un examen por venir, o tengas que dar un discurso en clase, o tal vez estés preocupado por cierta amistad o por las pruebas de fútbol.

    ¿Qué clase de bestia vez?

    ¿Tu bestia tiene alguna característica o marca especial? Si lleva ropa, ¿qué tipo de ropa es?…

     

  • PASO 5 DE 13

    ¿Cómo se mueve tu bestia? ¿Camina? ¿Salta? ¿Pisa muy fuerte? ¿Vuela? ¿Aparece mágicamente de la nada?

    ¿Dónde se aparece tu bestia? ¿En la esquina de tu habitación? ¿En tu hombro? ¿Dentro de tu cabeza? ¿Flota sobre ti?…

     

  • PASO 6 DE 13

    ¿Cómo habla tu bestia? ¿Grita? ¿Susurra? ¿Canta? ¿O tiene otras formas de comunicarse?

    ¿Qué tipo de cosas te dice tu bestia? ¿Repite el mismo pensamiento de preocupación una y otra vez hasta que quieres arrancarte los pelos? Te dice mentiras, como ¡A nadie le gustas!

    Sin embargo, recuerda: por muy molesta que sea tu bestia, no es del todo mala. A veces las bestias son útiles. A veces, tu bestia incluso te puede salvar del daño.

     

  • PASO 7 DE 13

    ¿Tienes una imagen clara de tu bestia? ¿Puedes ver a tu bestia moviéndose? ¿Puedes oír la voz de tu bestia?

    Bien, cuando estés listo, abre los ojos (o, si tus ojos ya estaban abiertos, cierra los ojos por un minuto, hasta que realmente puedas ver a tu bestia en tu mente).

    En su diario, escriba tantos detalles como pueda recordar, y cuando haya terminado, ¡agregue más! Los detalles son los que dan vida a las bestias.

     

  • PASO 8 DE 13

    Cuando te sientas listo, dale un nombre a tu bestia. Si no puedes pensar en un nombre en este momento, está bien. Tal vez se te ocurra un nombre mientras dibujas.

    En tu diario haz un boceto a lápiz de tu bestia. Cuando hayas terminado, es una buena idea agregar un sombrero ridículo, un cono de helado o algún otro detalle divertido para recordar que no debe tomarse demasiado en serio a tu bestia preocupante.

    Cuando esté satisfecho con su boceto, puede dejarlo como está, repasar las líneas con lapicera o hacer un nuevo dibujo en su diario o en una hoja de papel más grande. Usa los materiales que quieras: lápices de colores, marcadores, pintura, collage o incluso arcilla.

     

  • PASO 9 DE 13

    Ahora, cada vez que surja una nueva preocupación, puede decir: “Oh, oye, preocupación, eres tú otra vez”.

    La mayoría de las bestias preocupadas simplemente se quedan por ahí, interfiriendo en su diversión, por lo que a veces es posible que tenga que decirle a su bestia con amabilidad: “Gracias por cuidarme, pero realmente no necesito tu ayuda en este momento.”

     

  • PASO 10 DE 13

    Aquí hay un pequeño ejercicio de relajación que puedes probar al final de este proyecto.

    Si está liderando un grupo Fearless, lea estas instrucciones (lentamente) a su grupo. Si estás trabajando por tu cuenta, puedes leer las instrucciones antes de cerrar los ojos o mantener los ojos abiertos mientras lee cada paso…

     

  • PASO 11 DE 13

    Imagina que acabas de despedirte de la preocupación y ahora estás sentado pacíficamente sólo bajo el sol.

    Tome algunas respiraciones lentas y profundas mientras imagina el sol brillando sobre ti. Ve los rayos de luz amarilla que llegan desde el cielo hasta tu piel.

    Mientras sigues respirando profundamente, siente el calor de los rayos del sol en tus mejillas… en tus brazos… en tu espalda… en tus piernas.

    Imagina que estás respirando toda esa luz y calor dentro de ti. Imagina el calor que viaja a través de tu cuerpo, calentando tu interior. Siente el calor dentro de tu cabeza, dentro de tu corazón, dentro de tu estómago. Mantén esa sensación de calidez en tu interior mientras respiras más lenta y profundamente.

    Ahora imagina que la luz viaja en la otra dirección. Tu eres la luz. Tu eres el sol. Ve y siente los rayos de luz que salen de tu cuerpo, calentando e iluminando todo lo que te rodea.

    Toma algunas respiraciones lentas y profundas mientras calientas el mundo con la luz del sol, y cuando esté listo, abre los ojos.

    A medida que avanzas en tu día, ve si puede mantener tu luz brillando dentro de ti y hacia el mundo.

     

  • PASO 12 DE 13

    Si te gustó cómo se sintió, inténtalo otra vez cuando tú quieras. Recuerda, puedes convertirte en el sol siempre que quieras.

     

  • PASO 13 DE 13

    ¿Listo para agregar tu bestia preocupada a nuestra galería? ¡Excelente!